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¡Practica, practica y practica!

  • Writer: aguilarmayracruz
    aguilarmayracruz
  • Sep 7, 2020
  • 5 min read

Cada vez que buscamos una receta, sin importar de lo que sea, lo primero que vemos de inmediato son las fotografías. Nos llenamos de emoción y empezamos a soñar despiertos de cómo se verá el producto final una vez que completemos la receta. E inmediatamente pensamos en todas las redes sociales donde vamos las poner fotos. Porque seamos honestos, ¡somos adictos a que todo mundo se entere!


Pero una vez que empezamos a leer los ingredientes, el tiempo de preparación y las herramientas requeridas, he ahí donde entra el miedo. Nos ponemos a pensar ¿porqué toma tanto tiempo?, ¿porqué necesitamos ese ingrediente en particular?, ¿porqué se tiene que cocinar en horno y no sobre la estufa? Ahí es donde mueren los sueños y corremos al KFC, a los tacos, a los antojitos, al McDonald’s más cercano; o incluso a ver que guisaran las amigas o la mamá.


Creciendo dentro de una familia mexicana, las mujeres de mi familia siempre me enseñaron que en la vida tenía que aprender a cocinar. Y no lo hicieron por esa mentalidad machista que desgraciadamente aún existe dentro de nuestra sociedad, donde el hombre tiene que tener su “lonche” listo a diario. ¡No! Las mujeres en mi familia me enseñaron a cocinar para ser una persona autosuficiente, responsable, y literalmente para no morirme de hambre.


Saber cocinar es un acto de supervivencia, especialmente cuando quieres independizarte. Y aunque bendito sea el servicio a domicilio que hay hoy en día como Uber Eats y DoorDash, no siempre tenemos el lujo para gastar comiendo fuera de casa. Además, nada se compara con la satisfacción de saber que el bocado que uno se lleva a la boca es fruto de nuestras propias manos.


Por esta y muchas otras razones es que decidí lanzar este blog, un espacio donde puedo compartir lo mucho o poco que he aprendido en la cocina. Y más que nada para enseñarles que no es necesario amar la cocina para poder preparar algo rico para uno mismo, o para la familia. Es por eso que hoy hablaremos de 3 consejos muy importantes:



1 - Pierde el miedo.

No permitas que las fotografías que ves en Facebook, Instagram, o incluso en este blog te intimiden o te hagan pensar que no puedes cocinar. Detrás de todas las fotos que ves en todas las redes sociales siempre hay un proceso para obtener ese producto final. No todas las recetas siempre saldrán de maravilla en el primer intento. Y es que ningún blog, celebridad, o chef te va a enseñar el panqué quemado, el pan seco, o la tortilla tiesa como producto final (al menos que seas Anahí haciendo enfrijoladas). Siempre que intentes preparar algo nuevo, recuerda muy bien este refrán: Hasta al mejor cocinero se le va un tomate entero.


Y es que sin importar cuantos años he estado dentro de una cocina, seré muy honesta: Le tengo miedo al fracaso. Especialmente cuando se trata de repostería. Siempre que horneo algún postre, tengo esta expectativa poco realista de que debería tener éxito con todo en el primer intento. Afortunadamente, tengo un esposo maravilloso y comprensivo que me ayuda a recordarme constantemente que está bien fallar de vez en cuando. No fue el fin del mundo cuando quemé el pan de plátano en mi primer intento; o cuando olvidé que mis ingredientes estuvieran a temperatura ambiente para el pastel de coco.


He aquí mis primeros fracasos 😭😭😭😭


Cada que he arruinado una receta tomo notas no sólo de lo que hice mal sino también de lo que hice bien. Esto me ayuda mucho, especialmente cuando horneo postres en casa. Así que recuerda: Ten fe en tus propios esfuerzos al cocinar o hornear. No importa cuán desastrosas o horriblemente mal resulten las cosas, siempre habrá lecciones muy valiosas cada que haya algún fracaso.


2 - Empieza con platillos básicos. 

Cuando hayas seleccionado la receta que decidas preparar, asegúrate de leer todo bien desde los ingredientes hasta los pasos. Trata de visualizar lo que necesitas hacer paso por paso antes de comenzar, así estarás mentalmente listo(a) una vez que tengas todo. Si tienes dudas de alguna técnica mencionada o algo que nunca has escuchado antes (como baño María o brunoise), ¡haz de YouTube tu mejor amigo! Hoy en día hay un sin numero de recursos que la mayoría tenemos a la mano, y lo mejor que puedes hacer es usar cada uno de estos recursos para tu ventaja.


Que no te de pena tampoco preguntarle o pedirle ayuda a tu mamá, a tu abuelita, a tus tíos, o a cualquier otra persona con más experiencia que tú. Muchas veces por vergüenza o temor a la critica nos olvidamos de pedirles ayuda a las personas más cercanas a nosotros. Créeme, nadie te va juzgar por preguntar como cocer arroz, o preparar agua de horchata. Por experiencia propia, la mayoría de las veces que me acercado a mi familia o amigos con alguna duda ellos están más que felices de ayudar. Así que, ¡que no te de pena preguntar!


3 - En la cocina nadie es esclava o mandilón.


Cuando entres en la cocina deja el machismo a un lado. Deja te menciono unas cuantas frases que he escucho desde mi niñez, he incluso sé que muchos de ustedes todavía escuchan hoy en día:


  • “¡Así no cocina el arroz mi mamá!”

  • “¡Los mejores tamales sólo los hace mi abuela!”

  • “¡Salte de la cocina! ¿Eres joto o qué?”

  • “¡Wey, que mandilón te ves cocinando!

  • “¡Para eso tienes vieja, pendejo!”


Estamos en pleno siglo XXI y frases como estas son de la era más cavernícola que nos podamos imaginar. Pero lamentablemente, aún hay personas que viven con este tipo de mentalidad. Sin embargo, ¡que nada de esto detengan tus ganas de aprender! Especialmente si eres un hombre. Prepararle la cena a tu esposa, novia, o mamá no te hace mandilón, te hace una persona autosuficiente. De igual forma, sino tienes el mismo sazón de la bisabuela de 90 años de tu novio, o tu marido, tampoco te hace mala en la cocina. Esto simplemente hace tu sazón único. El sexo de una persona no tiene nada que ver con aprender a cocinar, y nadie tiene que exigirte que repliques un sazón que no es tuyo.

El aprendizaje en general es la mejor forma de independizarte, y saber que uno puede lograr todo lo que se proponga sin importar el que dirán. Así que recuerda:

  1. Pierde el miedo

  2. Platillos Básicos &

  3. ¡Saber cocinar no te hace mandilón!


10 años atrás la palabra fracaso no estaba en mi diccionario. Pero hoy he aprendido, con innumerables errores y sin duda más por venir, que cualquier trabajo que ponga en mis platillos es un trabajo de aprendizaje. Es un proceso destinado a ser disfrutado muy independientemente del resultado. Así que mi mejor consejo para ustedes es, en palabras de la asombrosa Julia Child, “Aprende a cocinar, prueba nuevas recetas, aprende de tus errores, sé valiente y, sobre todo, diviértete.”




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